Comienzo pintando fondos, caóticos, sin control. Caigo en el abismo de la obra. Acrílicos, óleos, tintas, caen, hacen lo suyo, se mezclan, se mueven, se repelen y se une. Yo observo. Mientras tanto comienzo a imaginar mujeres en ese abismo. Una, varias, chiquitas, grandes... esperanza, amor, empatía... todo resuena en mi cabeza hasta que un frío aparece en mi cuerpo y la veo, la visualizo. Sí, será ella la protagonista de mi obraque contará una historia. La pintura está aún mojada, para que el vestido se funda con el fondo. Que los dos espacios se fusionen y hagan uno solo. Termino los detalles con marcadores y lápices de colores. Luego entra en escena el collage. Pintura seca que voy juntando, telas, piedritas, vidrios. Y con estos pedacitos armo sombreros, botones, le doy dimensión a los detalles. Y así comienza mi historia que ustedes contarán cuando se encuentren con mi obra.